Monday, October 08, 2012

ADEMAS

RENOIR

Es el título de un poema de Jorge Guillén, un poeta congraciado con la vida. Muchas veces, cuando doy comienzo al día, versos suyos me acompañan. Hoy, después de regar las matas del balcón, leí:

"Hoy me asomo feliz a la mañana
porq
ue la vida corre con la sangre,
y se me imponen placenteramente
mi fatal respirar y un sonreír
sin causa, porque sí, porque es mi sino
propender con fervor al universo
".
 
JORGE GUILLEN

 

Saturday, October 06, 2012

El voto de Martín

Martín y Olivia
 
Y mañana ¡a votar! por tercera vez en mi vida y por un candidato distinto al que siempre voté. Lo haré por Henrique Capriles Radonski, persona por quien jamás imaginé que votaría. Será ante todo un voto opositor, para que salga Hugo Chávez Frías, a quien siempre le tendré admiración, pero ya fue, razones hay de sobra. Será también un voto al trabajo titánico de Ramón Guillermo Aveledo, quien logró ponerle cerebro, coherencia y unión a una oposición acéfala y dispersa. Y bueno, según dicen, también votaré por un candidato capaz de hacer un buen trabajo, como lo hizo cuando fue alcalde y gobernador, y que además, sin tener el carisma del otro, ha logrado ganarse el cariño y otorgar la esperanza del cambio a mucha gente, más allá de las señoras de Los Palos Grandes.

Thursday, October 04, 2012

LABORIOSO RUMOR

Ramón Gaya. Paisaje de Murcia
 
De vez en cuando leo a Eloy Sánchez Rosillo, incluidas sus preciosas traducciones de Leopardi. Me gusta la serena emoción que recorre sus poemas. Hay en ellos una paz que reconforta, aunque por sus líneas el paso del tiempo o la melancolía de una tarde, revelen viejas pérdidas o ausencias inminentes.

Me gusta la mirada clara del poeta, su modo tranquilo de asomarse sin miedo a los abismos, la limpidez de sus matices o la frecuente dicha con que ilumina el lado más hermoso de ciertas piedras escondidas.

Dos ejemplares traje hace tres años de Oír la luz, quizá el más murciano de sus libros. Uno regalé y otro me acompaña. Lo abro y leo ahora, en la página 87, el poema que le da título:

OÍR LA LUZ

Debo decir que cuando yo era niño
y en el campo veía la densa muchedumbre
de estrellas en los cielos del verano,
además de mirar tanto fulgor,
podía oír la luz: se escuchaba allí arriba
como un rumor de enjambre laborioso.
 


 Eloy Sánchez Rosillo