Wednesday, June 21, 2006

En el lugar una palabra respira en el lugar

Cambiar el lugar de la escritura obliga a veces a cambiar otras cosas: los tiempos y los ritmos, por ejemplo. No es lo mismo para mí hacer estas anotaciones fuera del cuarto de siempre. Ya estaba habituado a escribir allí, a sus silencios, a sus ruidos, a su atmósfera, a su luz, a su olor.

(Mientras escribía lo anterior sentí que me hacía falta el espacio acostumbrado. Y me vine. Decidí volver a la estancia particular de este diario, a su guarida).

Pienso que también los sitios de lectura van haciéndose necesarios, imprescindibles. Yo tengo varios. El más grato: la sala, con la ventana abierta hacia el valle.

Enuncio posibles temas: los lugares como posesión, los lugares como dueños de la palabra.